La escuela de Infantería del Ejército tiene como misión capacitar a los oficiales subalternos de infantería en los programas inherentes al arma, y a los oficiales de otras armas y servicios en la Sub línea de carrera 2, mediante una educación de calidad en el campo de ciencias militares, desarrollando competencias de liderazgo y de gestión operativa y administrativa hasta el nivel UU tipo Batallón de Infantería con responsabilidad social, así como promover la investigación para producir doctrina actualizada, que contribuya en el cumplimiento de los roles estratégicos del Ejército.
Reseña Histórica
Calificada como “Reyna de las Batallas”, por ser la más antigua de las armas, por su modo de combatir de cara a la muerte, por su mística y valores morales que alcanzan ribetes de grandeza; la Infantería, bajo el lema “Paso de Vencedores”, ha sido protagonista de inolvidables jornadas victoriosas, en donde sus hombres cumplieron siempre con eficiencia la misión de asegurar la ocupación y la defensa del territorio nacional.
El 27 de noviembre es una fecha que ha sido consagrada como el día del Arma de Infantería; fecha en que recordamos aquella lección viva y perenne, sacrificio, honor y patriotismo de la Batalla de Tarapacá. La Infantería, arma fundamental de nuestro Ejército en todos los tiempos, es fiel depositaria e inspiradora de las más grandes e inolvidables hazañas como las que nos legó nuestro patrono el Mariscal Andrés Avelino Cáceres Dorregaray “Brujo de los Andes” .
Nuestra Heráldica
Emblema (Descripción Heráldica) Infantería
Sol Radiante: Representa el conocimiento, sabiduría, verdad, constancia y grandeza de espíritu de los componentes de la unidad.
Fusiles Cruzados: Representa el arma de combate del infante para defender el suelo patrio y aniquilar al enemigo en la lucha cuerpo a cuerpo
Antorcha: Representa la llama viva del amor a la patria y al arma de infantería que debemos mantener siempre constante.
Patrono del Arma de Infantería
Mariscal Andrés Avelino Cáceres Dorregaray
Nació en Ayacucho en 1836. Ingresó como cadete, en 1854, en el batallón Ayacucho apoyando al general Ramón Castilla contra el presidente José Rufino Echenique. Entre 1856 y 1858 apoyó a Castilla contra la rebelión del general Manuel Ignacio de Vivanco. En 1860 participó en la campaña contra Ecuador. Formó parte de la legación peruana en Francia. A su retorno, se opuso al gobierno del presidente Juan Antonio Pezet quien había permitido la ocupación de las Islas de Chincha a la Expedición Científica Española. Se exilió a Chile y retornó para unirse a la revolución de Mariano Ignacio Prado contra Pezet. Ya con Prado presidente, peleó en el Combate del Dos de Mayo contra España en 1866.
Luego de cuatro años dedicados a la agricultura, retornó a las armas en 1872 para oponerse a la rebelión del coronel Tomás Gutiérrez contra el presidente José Balta. En 1879, cuando Chile le declaró la guerra al Perú y Bolivia, se encontraba como prefecto del Cusco. En la Campaña del Sur participó en las batallas de San Francisco (1879), Tarapacá (1879) y del Alto de la Alianza (1880). Tuvo una destacada actuación en la defensa de Lima, en las batallas de San Juan y Miraflores (1881).